La sociedad y la ficción nos ha hecho creer que volver una y otra vez con tu pareja es digno de admirar, pues están luchando contra todos los obstáculos para estar juntos. Sin embargo, la realidad es que las relaciones intermitentes demuestran que alguno de los involucrados tiene dependencia emocional y esto no puede ser sano.
Estas relaciones pueden durar muchos años, pues son incapaces de dejar ir a la otra persona y quieren aferrarse a una relación que, aunque saben que no tiene futuro, deciden forzar y terminar lastimándose mutuamente.
No superan las fases de duelo
Según el portal “Mejor con Salud”, las personas que no pueden terminar con sus parejas, es porque no han superado todas las fases de duelo: negación, ira, tristeza, negociación y aceptación.
“Los miembros de las relaciones intermitentes no quieren aceptar que su relación tiene un fin. Por eso, en la fase de negociación llegan al acuerdo de darse otra oportunidad. Posiblemente bajo la premisa de vamos a cambiar”, menciona el portal.
Dejar ir a una persona querida es muy difícil, sobre todo cuando conocen todo de nosotros y han estado ahí mucho tiempo. Será un proceso difícil, pero es algo necesario para aliviar nuestra mente y corazón.
Debes empezar por aceptar que la relación no funciona y empezar a priorizar tu salud mental. Estar en una relación tóxica puede causar depresión y ansiedad, por lo que, si sientes que estás atrapado en esa relación o no puedes superar la ruptura, puedes solicitar la ayuda de un profesional.
Las relaciones intermitentes no son sanas
Cuando terminas y vuelves con tu pareja varias veces, es señal de que algo no va bien. Por eso no debes dejar pasar el tiempo, porque el desapego será más difícil y doloroso.
Las personas que están muy involucradas en este tipo de relación, tiene miedo de dejar ir a su compañero con la que pasaron momentos especiales. Asimismo, se aferran a una relación ya desgastada y son incapaces de buscar nuevas opciones.
Las crisis de pareja son algo normal, sin embargo, romper y volver varias veces, hacen que no veamos la raíz del problema de la relación. Si sabes que la relación ya no da frutos y solo sientes angustia, es mejor que empieces a valorarte como individuo y no como el complemento de otra persona.