Quizás no estuvo presente en cuerpo, pero en espíritu, Diana Spencer fue parte del matrimonio de su hijo Harry, quien se encargó de honrarla de diversas formas.
Harry y Meghan eligieron rosas blancas, las favoritas de Diana, hicieron un giño a ella con el carruaje que eligieron, y además, dejaron un asiento vacío al lado de William, el que ella habría ocupado si siguiera con vida.
La presencia de la madre del príncipe Enrique, la princesa Diana, se hizo sentir sutilmente en la boda de su hijo con la actriz estadounidense Meghan Markle, más de dos décadas después de su muerte en un incidente automovilístico en París.